sábado, 20 de agosto de 2011

Ella

  Aun seguía sentada en el borde de la cama. Se volvió a poner las medias, despacio, con mucho cuidado de no romperlas, y se levantó para colocarse el vestido. Justo en frente había un pequeño espejo, sucio y desgastado, en el que se miró mientras se encajaba su sombrero. Le quedaba grande y, con cara de desprecio, lo tiró al suelo. Sacó del bolso una pitillera de plata y un encendedor a juego, que él le regaló, y encendió un cigarro.
  Aspiró profundamente, exhalando el humo lentamente, y lo dejó caer, apagándolo con la suela de uno de sus zapatos. La habitación estaba tan sucia que no se notaría. Se sonrió a sí misma y se agachó para recoger el sombrero y colocarlo en la percha, junto a su gabardina. Todavía estaba mojada, a pesar de que habían aparcado el Cadillac justo en la puerta del motel. Esa noche no había llevado a su chofer, ni tampoco a sus guardaespaldas que, en vez de quedarse apostados justo en la entrada de la habitación, lo habían hecho en dos coches, unos kilómetros más allá. Todo había salido tal y como lo habían planeado. Tanto que había dejado, confiado, la Thompson encima de la mesilla descascarillada de su lado de la cama.
  Había fingido pasarlo bien, como hacía siempre, pero ésa fue una velada especial. Se había quedado dormido, satisfecho, y creyéndose el dueño del mundo. Le había vuelto a repetir lo mismo de todas las noches, de todos los infectos moteles de carretera. Siempre quiso saber porqué nunca la llevó a alguno de esos hoteles a los que tanto iba con otras. Nunca lo sabría. Ya no habría más mentiras, ya no tendría que competir con sus amigos, tan fieles y leales, ni con el dinero, ni con el alcohol, ni con el poder. Se acercó a la cama y, con el aire que desplazaba su cuerpo, levantó algunas plumas. Las mismas que minutos antes descansaban en el interior de un andrajoso almohadón y que ocultaron el sonido de su victoria.
  Sabría que necesitaba alguna prueba así que cogió su corbata manchada de sangre, se la guardó en el bolso, se puso el abrigo y salió por la puerta.

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